Empresas metalúrgicas en Murcia

Andrew Carnegie, el gran precursor de las empresas metalúrgicas

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Hoy en Metalcon, siendo una de las carpinterías Metálicas en Murcia y Alicante líderes de nuestro sector, queremos contaros la maravillosa historia de Andrew Carnegie. Un hombre y empresario excepcional al que las empresas metalúrgicas en Murcia o en cualquier otro lugar sin duda debemos admirar.

Su gran inteligencia y obsesión por el dinero le llevó a ser uno de los hombres más ricos de la historia gracias al metal. Pero más allá de su riqueza y gran inteligencia financiera, demostró en su vida muchas otras cualidades. Y no solo como empresario, sino también como persona y como gran benefactor.

En el final de sus días, Carnegie dedicó sus inmensos recursos a ayudar a muchas otras personas, construyendo colegios, universidades, bibliotecas, hospitales, salas de conciertos, edificios y muchas otras cosas más. Fue uno de los mayores filántropos que jamás han existido, algo de lo que nunca se jactó, pues consideraba que toda persona adinerada lo debía hacer. 

El precursor de las grandes empresas metalúrgicas

Quizá pienses que este gran hombre nació en una cuna de oro y que todo en su vida fue de color de rosas, pero nada más lejos de la realidad. Andrew Carnegie nació en Escocia el 25 de noviembre de 1835 y falleció el 11 de agosto de 1919. Su familia era muy humilde pero consiguió un gran éxito en los negocios tras una larga vida de trabajo.

Su fortuna al día de su muerte era tan descomunal que es prácticamente imposible cuantificarla. Es considerado el segundo hombre más rico de toda la historia, solo por detrás de John Rockefeller. Con una fortuna estimada al día de hoy de más de 600.000 millones de dólares, su riqueza empequeñece incluso a la de los más grandes multimillonarios de la actualidad.

¿Cómo lo logró desde la más absoluta nada?

A la edad de 13 años, el joven Carnegie emigró a Estados Unidos y empezó a trabajar como telegrafista, educándose de forma autodidacta. El joven Carnegie sobresalía siempre por su disciplina y su talento. Ahorraba todo lo que era posible para invertirlo en los negocios que estaban en auge en aquella época. Y con tan solo 25 años ya tenía inversiones en ferrocarriles, puentes y torres de perforación de petróleo. Y en la década de los 80 se convirtió en uno de los empresarios más importantes de su época.

Inicios de sus empresas metalúrgicas 

Andrew Carnegie tejió su inmensa fortuna en la industria del acero y controlando el funcionamiento integrado del hierro y el acero como nunca antes había pasado en Estados Unidos.

Una de sus dos grandes innovaciones fue implementar la integración vertical con los suministradores de materias primas.  El otro fue la reducción de costos gracias a la producción en masa de raíles de acero para vías férreas.

METALCON - Empresas metalúrgicas en Murcia

Hacía 1850 empezó a negociar con bonos de compañías ferroviarias y productos siderúrgicos. En 1870 fundó su propio negocio dedicado al sector del acero, convirtiéndose así en el pionero de las empresas metalúrgicas a nivel mundial.

Gracias a ello amasó una enorme fortuna que le permitió afrontar la depresión de 1873. Andrew Carnegie se convirtió entonces en el modelo ideal para los estadounidenses, un multimillonario 100% hecho a sí mismo.

Carnegie era un hombre de origen muy humilde pero que con inteligencia y serio trabajo consiguió dominar la industria. Junto a Henry Clay Frick, empresario del sector del carbón, invirtieron en el sector de la siderurgia y del hierro, adquiriendo numerosas minas de hierro. También se interesó por el sector de las tecnologías y de los transportes y compró ferrocarriles y navieras.

El imperio metalúrgico de Andrew Carnegie

Entre 1880 y 1890 Andrew Carnegie amplió su monopolio hasta dominar la industria estadounidense.

A finales de la década de 1880 Carnegie era el mayor fabricante de rieles de acero y de arrabio de todo el mundo. En 1883 compró la empresa rival Homestead Steel Works de campos de carbón y hierro. También compró un ferrocarril de 425 millas de largo y una línea de barcos de vapor.

En 1889 la producción estadounidense de acero excedía a la de Reino Unido y Andrew Carnegie tenía una gran parte de ella.  Carnegie suministró el acero y poseyó acciones en el proyecto del puente Eads a través del río Misisipi. Este proyecto fue una gran prueba para la tecnología del acero y marcó el origen de las empresas metalúrgicas del resto del mundo.

Con la construcción de este puente creó un nuevo mercado del acero, pero más tarde tendría que afrontar diversos problemas con otros empresarios que querían extender sus negocios. Al no poder llegar a un acuerdo con ellos emprendió una lucha contra el famoso grupo J.P. Morgan. Tras algunos fracasos, terminó vendiendo su compañía Carnegie Steel al banquero John Pierpont Morgan por 480 millones de dólares de aquel entonces, infinitamente más al día de hoy.

A partir de ese momento fue dejando la industria a un lado dedicándose de lleno a la filantropía, lo que lo distinguió por encima de casi todos los grandes hombres.

Un hombre de gran corazón y sabiduría

Andrew Carnegie apoyó desde entonces a instituciones educativas, centros de investigación y expediciones arqueológicas. También creó un montón de bibliotecas, salas de conciertos y museos. Era reconocido por su gran corazón y porque siempre apoyó a la educación, la investigación y la cultura.

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Además, se preocupó de las personas afectadas tras las guerras y los desastres naturales. Igualmente, donó gran cantidad de dinero para la reconstrucción de la ciudad de Johnstown y fundó una organización para luchar contra las guerras.

Carnegie dedicó los últimos años de su vida a donar enormes cantidades de dinero para la construcción de monumentos y bibliotecas, siendo los más destacados la sala de concierto de Manhattan y el Carnegie Hall. De todo esto puedes deducir que sea admirado por todas las empresas metalúrgicas y por el resto del mundo.

La familia de Andrew Carnegie

En 1886 murió su hermano menor, Thomas Carnegie, dueño de una acería. Fue entonces cuando Carnegie compró a bajo precio el más valioso campo de hierro situado en el Lago Superior. Más tarde, Andrew Carnegie escribiría su primer libro “Un americano de corbata en Gran Bretaña”, en el que habló de sus experiencias.

Carnegie decidió cuidar de su madre durante toda su enfermedad, y fue por ello que no se casó hasta su muerte. En 1886 contrajo matrimonio con Louise Whitfield, con la cual tuvo a su hija a la que llamó Margaret, en honor a su madre. Durante la última década de su vida, Andrew Carnegie vivió en su palacio de Escocia y en su mansión de Manhattan. Murió el 11 de agosto de 1919 a los 83 años. 

En Metalcon, como en el resto de las empresas metalúrgicas en Murcia y de todo el mundo, admiramos también a este grandioso empresario que consiguió su fortuna gracias al metal. Un hombre excepcional que se hizo 100% a sí mismo y que usó finalmente el dinero para ayudar a los demás y dejar un mundo mejor. 

Así dijo él una vez: «Todo hombre debería estudiar tanto como pudiera, trabajar tanto como pudiera y ganar tanto como pudiera para ayudar finalmente tanto como pudiera a los demás».

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